
Fue incluso quien hizo que las jóvenes ya no se quisieran vestir como sus madres. Diseñó trajes que las madres no pudieran vestir sin verse desastrosas. Con su comienzo la tradición de diseñar especialmente para adolescentes o aquellos que ya tenían veinte años es actualmente una industria enorme que sigue creciendo. Su negocio empezó en una pequeña escala. Los diseños que ella creó no tenían (classless and iconoclastic). Nunca tuvo miedo de violar las cánones del buen gusto. Su ropa era comprada por una generación con bastante poder de adquisición cuyas vestimentas eran el centro de la existencia. Ella decía: "por suerte...por oportunidad...talvez por error...estuvimos en algo enorme...un tremendo renacimiento en el mundo de la moda". En 1961 abrió su segundo Bazzar en "Knightsbridge", y para 1963 estaba exportando para los Estados Unidos. En ese año estuvo en una producción masiva con su línea "Ginger Group" y recibió un premio de la moda de "The Sunday Times". En 1966, cuando fue honrada con el premio O.B.E. (Order of The British Empire), fundó su imperio de cosméticos, que fué una máquina mundial de producción de dinero. En la década de los '70 su licencia creció e incluyó lencería, joyería, alfombras, corbatas para caballeros y lentes de sol. En 1973 el Museo de Londres le dio una retrospectiva que implica que sus días como líder creativa estaban descendiendo. Si fue o no una gran contribuidora en el mundo de la moda, nadie puede dejar de aclamar que es una pieza central en la revolución cultural que continúa hoy en día. Talvez su importancia social podría no ubicar su reputación como diseñadora. Su autobiografía Quant by Quant, fue publicada en Londres en 1966.
www.maryquant.co.uk
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